9 abr 2012

Revelan la dieta que mantiene esbeltas a las mujeres de Manhattan

Ha resultado un texto muy controversial. Nada menos que eso. Hay quienes dicen que es un libro realista y actual. También hay quienes aseguran que es una invitación a la anorexia. Se llama "La dieta Manhattan. Pierde peso mientras vives una vida fabulosa". Un título que suena frívolo, y fue elegido por su autora, Eileen Daspin, quien afirma poseer todos los secretos de las mujeres neoyorquinas para mantenerse delgadas, tonificadas y siempre verse bien. Este tomo está circulando desde marzo.

Daspin es periodista freelance y esposa de un chef italiano. Se ha pasado los últimos tres años investigando la dieta y actividad física de las habitantes de Manhattan. Su curiosidad por el tema comenzó después de leer un artículo del New York Times, donde se aseguraba que en esa zona se concentraba la gente más delgada de todo el estado de Nueva York.

Para comprobar esa afirmación y obtener información detallada, reclutó a un grupo de mujeres de distintas edades pero con una magnifica apariencia. Durante varias semanas se dedicó a observarlas, a preguntar lo que fuera necesario y a escuchar pormenores sobre su rutina. Después cruzó datos y de ahí obtuvo el libro de 250 páginas que tantas opiniones encontradas ha generado.

Eileen se ha protegido bien –por si acaso- advirtiendo que "La dieta Manhattan" no promueve una determinada forma de alimentarse. Es sólo el retrato periodístico de un estilo de vida que mantiene delgadas a las féminas que lo usan. El New York Post resume en muy pocas frases las bases de este trabajo: Come bien, pero no en mucha cantidad; camina todo lo que puedas; cocina en tu casa; come comidas completas; elimina cualquier cosa que diga "diet" en la etiqueta; y bebe tanta agua como el cuerpo te demande.
Aquí algunos otros consejos detallados en "La dieta Manhattan":

Come lo que tu cuerpo desea, no te prives de nada.

Diviértete y elige un ejercicio que te guste.

El aceite de oliva es bueno para ti. Esto es crucial.

Deja siempre un poco de comida en el plato. Puede ser algo pequeño, sólo una miga, pero tienes que estar consciente de que lo estás haciendo. Observa cómo se va a la basura.

Saborea cada mordisco y toma tiempo para ello. Nunca comas mientras estás en movimiento, caminando o dentro de un auto.

No siempre comas una ensalada a la hora de almuerzo, ya que no te dejará satisfecha. En su lugar, elige un sándwich, ya que con él puedes obtener carbohidratos de una manera controlad.
Las mujeres delgadas de Manhattan no frecuentan restaurantes de comida rápida y mantienen las tentaciones lejos de ellas.

Como fácilmente puede imaginarse, estos "tips" han logrado que el libro se venda de prisa, pero también lo convirtió en el blanco de innumerables críticas. Le acusan de promover un estilo de alimentación poco sano y obsesivo, basado en estar permanentemente a dieta.

Los comentarios más agudos subrayan que una mujer promedio de Estados Unidos, no tiene los ingresos de una habitante de Nueva York, y por tanto no puede seguir al pie de la letra lo que se establece en el libro, dadas sus limitaciones de tiempo y presupuesto.

Rebbeca Flint, una periodista experta en temas de comida, remarcó que "La Dieta Manhattan" se sustenta en conceptos muy similares a los que se expresan en las páginas "pro-ana", a favor de la anorexia. "Comienza el libro admitiendo que ha hecho dietas desde que tenía 12 años y continúa diciendo que sus amigas privilegiadas son mujeres a imitar. Está aquella que derrama agua sobre los restos de su comida para no verse tentada a comerlos; otra que sólo come arroz blanco y frijoles cuando ordena comida china; y otras que renuncian a las tentaciones de Tasti D-Lite (un conocido local de comida de Nueva York) por los placeres más seguros de un Tootsie Roll o Twizzlers (ambos caramelos típicos de Estados Unidos)", reprocha Flint.

"Si este tipo de cosas suenan familiares es porque son extremadamente similares a los consejos que se pueden encontrar en los sitios pro-ana que ensucian internet, aquellos que proclaman que la 'anorexia no es una enfermedad, es un estilo de vida'. Aquellos que entregan consejos como 'cuando sientas el impulso de comer, mastica chicle sin azúcar', 'bebe té de hierbas' y 'el yogurt congelado toma un siglo para ser comido de manera que te sientes ocupada por más tiempo'", detalla Rebbeca Flint.

Como sea, puede que sí sean los secretos de las neoyorquinas actuales que poseen una figura envidiable. Y como en todo lo que uno pueda leer, lo mejor es tomar en cuenta las aportaciones de Daspin que puedan ser útiles, y desechar el resto.

e-consulta.com

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