Una gran cantidad de estudios han demostrado fehacientemente que el consumo moderado de vino tinto previene las enfermedades cardivasculares.
Se llegó a esta conclusión luego de observar que los franceses, a pesar de tener una dieta rica en grasas, tenian uno de los porcentajes más bajos de enfermedades cardiovasculares (la población francesa consume grandes cantidades de vino tinto).
Se realizan los estudios pertinentes, y se descubrío que, efectivamente, el vino tinto ayuda a limpiar el colestorol de la sangre.
La otra cara de la moneda
Sin embargo, lo qie no dicen los investigadores es que la población masculina francesa (la que consume más vino tinto) tiene un índice tres veces mayor de muertes por cáncer de esófago, que los hombres y las mujeres franceses tienen un índice dos veces mayor de muertes por cáncer de estómago y aun en doble de probabilidades de morir por cirrosis crónica; y que todas estas afecciones están asociadas con el consumo de alcohol.
Además, la American heart Association señala que el jugo de uvas rojas parece tener el mismo efecto que el vino tinto para reducir el riesgo de contraer enfermedades cadíacas. Aunque los investigadores declaran que se trata de un proceso extremadamente complejo, el jugo de uvas rojas ayuda a incrementar el nivel de óxido n´trico en el flujo sanguineo.
Este químico reduce la cantidad de plaquetas sanguineas que obstruyen las arterias y ayuda a dilatar (o a ensanchar) las venas. Esto reduce la probablidad de que la sangre coagulada bloquee las arterias y provoque un paro cadíaco.
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