No hay expresión más viva y genuina del sentimiento del pueblo que el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Esta festividad en la que se entremezcla el profundo espíritu religioso que motiva la veneración a la Virgen del Socavón, su origen ancestral, su dimensión folklórica, su extraordinaria manifestación de arte a través de las danzas, hace de Oruro, durante la fiesta del carnaval, el centro de atención nacional y mundial.
El fabuloso antruejo ha cobrado tal dimensión que es necesario defenderlo, para que la globalización con su invasión de valores y modos de vida diferentes a los nuestros no lo destruya, aún queda mucho por estudiar sobre sus raíces y sus profundos orígenes que tieneuno de lon que ver con alma misma de los habitantes de nuestra región, inmenso sentimiento que genera en cada s más de 20.000 danzarines.
La promesa de los bailarines y su baile, no es otra cosa que la devoción hacia María, la Madre de Dios, plasmada en un cuadro pintado en la pared, centro de atención y de esperanza de nuestro empobrecido pueblo.
Pero también es parte de las creencias enraizadas en el pueblo desde tiempos ancestrales ya que esta nuestra región era desde tiempos inmemoriales, un centro de peregrinación y religioso del mundo andino.
Aquí acudían los caminantes que hacían la ruta desde y hacia las costas del Pacífico para dejar sus ofrendas en las wakas de la serranía sagrada de los Urus que no son otra cosa que los cerros que circundan nuestra ciudad. Hasta allí llegaban también los Señores del Collasuyo, lo que demuestra su gran importancia como centro de peregrinación y ritual de origen milenario.
LA DIABLADA
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