9 feb 2009

¿PROBO EL TAHINI?



El tahini es una pasta de sésamo que resulta una opción muy sana para acompañar desayunos, platos y meriendas. Conozca este antiguo alimento cardiosaludable...

El tahini es uno de los nuevos productos o nuevas recetas que se va introduciendo en nuestra gastronomía.

El tahini, también denominado tahina o tahín, es una pasta de semillas de sésamo muy sencilla de elaborar y que ofrece un sabor delicioso a muchas elaboraciones culinarias, siendo tradicional de la cocina de Oriente Medio, como en la elaboración del hummus por ejemplo, o el baba ghanoush.

Se elabora moliendo las semillas de sésamo o ajonjolí emulsionándolas con aceite y con agua, o sólo con agua porque las semillas son oleaginosas, hasta obtener una pasta cremosa y de pronunciado sabor.

Es un alimento muy nutritivo, dado que su base son las semillas de sésamo, aporta grasas insaturadas (alrededor de un 55%), entre ellas la lecitina (más que la soja), hierro, proteínas, calcio, zinc, fibra… pero hay que tener en cuenta de que es un producto muy calórico y no conviene abusar de él.

Esta crema es típica de la gastronomía de los países del este de Europa, donde se consume como acompañamiento de diversos platos o como aperitivo, al extender la pasta sobre tortas de pan o pan tostado, como alternativa a la mantequilla. Su sabor es pronunciado y se asemeja al de los frutos secos.

En Latinoamérica, a pesar de que el tahini no es muy conocido en la gastronomía tradicional, constituye un recurso útil en la cocina vegetariana, y permite variar el sabor, la presentación y el carácter de platos diversos.

Propiedades destacadas

El Tahini favorece la digestión de las grasas y a evitar la acumulación del colesterol en las arterias. Es por eso un factor importante contra la arteriosclerosis y la acumulación de cuerpos grasos en el organismo.

Su ingesta aporta suplementos importantes de calcio, fósforo, hierro y magnesio, así como una cantidad elevada de proteínas, en especial metionina.

Las semillas de sésamo contienen igual proporción de ácido oleico (monoinsaturado) y linoléico (polinsaturado), y dependiendo del aceite que se use para conseguir la emulsión la crema se enriquecerá en grasa insaturada (si se añaden aceites de semillas: girasol, maíz, soja…) o monoinsaturada (aceite de oliva).

Además, las semillas de sésamo contienen un antioxidante natural, el sesamol, que hace que el aceite de sésamo y la crema elaborada a partir de las semillas sea muy estable y no se enrancie tan rápidamente.

En cualquier caso, la crema tiene una cantidad elevada de grasa y por tanto de calorías, ya que aporta unas 600 calorías por 100 gramos de producto.
Una tostada untada vienen a ser de promedio 5 gr. de tahini, por lo tanto, así que unos 30 calorías por tostada a cambio de un excelente sabor.
El aspecto negativo para la salud deriva del potencial alergénico de las semillas de sésamo, que provocan una alergia alimentaria cuya incidencia está aumentando en los últimos años.

Métodos de preparación

El Tahín se encuentra en las herboristerías y/o dietéticas en envases de diversos tamaños. No contiene ningún condimento ni aditivo, por lo que es preciso prepararla antes consumirla.

Aquí te informamos sobre su preparación si deseas intentarlo de forma casera...

Preparación tradicional de tahini:

-Tuesta las semillas de sésamo en una sartén seca, a fuego lento para que no exploten como palomitas de maíz. Saltea o remueve constantemente con una espátula de madera durante unos minutos hasta que este tostado, ligeramente dorado. Evita siempre que parte del sésamo se queme o tueste demasiado. Moviéndolo constantemente. En cualquier caso el sésamo si es integral se tuesta un poco para liberar los minerales de la cáscara.
-Pon las semillas en un plato y deja que se enfrié.
-Muele el sésamo en un mortero japonés suribachi. (Se encuentran en los herbolarios)
-Incorpora poco a poco unas gotas o un chorrito de aceite de sésamo hasta conseguir una pasta firme, como un puré o paté.

Variantes:

Una vez molido el sésamo incorporamos poco a poco un poco de líquido. Puede usarse agua, té rojo recién hecho templado, zumo de limón o una mezcla. Emulsionara inmediatamente por el aceite que contiene el sésamo. Lo trabajamos hasta hacer una pasta mas o menos trabada según queramos y le incorporamos un poco de aceite de sésamo o de oliva.

- Unas gotas de aceite aumentan la emulsión.
- Un poco de tamari le dará un toque especial ligeramente salado
- Para mejorar las propiedades se le añade un poco de Miso y se trabaja bien para mezclarlo. Teniendo en cuenta que es salado.
Esta variante se conservara poco tiempo al contener líquido. Hay que tomarlo en la siguiente semana.
- El último proceso es añadir sal, según el gusto de los comensales, sin abusar, para disfrutar al máximo del sabor particular del sésamo.
- Admite múltiples condimentos que le darán el carácter a la crema, según se añada ajo en polvo o picado muy fino, pimentón dulce o picante, perejil picado…
- Si el tahini se combina con zumo de limón, ajos y garbanzos se obtiene una pasta llamada hummus.
- Vinagreta de tahini para ensaladas: Mezclar 2 cucharadas de tahini, 1 cda salsa de soja, 1 cda zumo o jugo de limón, 1 cda jengibre, 2 cda miel y 4 cdas aceite de oliva. Calentarlo hasta integrar todos los ingredientes. Enfriar y reservar.

Adaptaciones sobre la marcha sin mortero japonés suribachi:

Método 1.- Pásalo por la trituradora con unas gotas de su mismo aceite (o si no de oliva) para facilitar la operación.
Método 2.- Tritura algunos dientes de ajo junto con el ajonjolí, hasta que quede todo bien incorporado. un poco de limón y perejil picado le irá bien.
Método 3.- Moliendo el sésamo tostado en un molinillo de cereales para después hacer una pasta agregándole el aceite. Se puede usar un molinillo de café eléctrico.

También se pueden triturar en un mortero o aplastando con un rodillo o botella sobre un mármol o plancha de madera. (Ver mas)

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