24 jun 2009

TOMAR VINO Y COMER POCA CARNE CONTRIBUYE A PROLONGAR LA VIDA


Un estudio con más de 20 mil griegos analizó cuánto influyen los distintos componentes de la dieta mediterránea en la buena salud y la reducción de la mortalidad.

Paula Leighton N.

A la hora de estimar el riesgo de mortalidad, lo comido y lo bebido pueden quitar años o agregarlos. Así, mientras el consumo moderado de alcohol y alto en verduras suma, el de carnes resta.

Así lo indica un estudio de las universidades de Atenas y Harvard, que determinó la importancia que tienen por separado cada uno de los nueve componentes clave de la dieta mediterránea para promover la salud y una vida más prolongada (ver infografía).

Según el estudio, que se publica en la revista British Medical Journal, el mayor beneficio de la dieta mediterránea estaría en el consumo moderado de alcohol -que en Grecia es principalmente vino que se consume con las comidas-, seguido de una ingesta baja en carnes. También beneficia, aunque en menor grado, comer verduras, frutas, frutos secos y aceites monoinsaturados, como el de oliva (ver infografía).

Dieta con identidad

Para realizar su estudio, los investigadores Antonia y Dimitrios Trichopoulos analizaron datos de más de 23 mil griegos que no tenían antecedentes de enfermedades cardíacas, diabetes ni cáncer. Del grupo, 1.075 personas murieron durante el período de 8,5 años de seguimiento promedio.

Los investigadores elaboraron una escala de 0 a 10 puntos para determinar cuán mediterránea era la dieta de los sujetos estudiados y que se empleó como predictor de mortalidad. "Esto les permitió determinar también que por cada dos puntos que se "mediterraniza" la dieta, la mortalidad cae en 14%", explica el doctor Federico Leighton, director de Programa Alimentario Mediterráneo en Chile (PAM-Chile), de la U. Católica. Sin embargo, agrega, es importante considerar que hay diferencias entre consumir carnes grasas y magras o cereales integrales y refinados (ver recuadro).

Por otra parte, destaca el especialista, los componentes que priman en las dietas mediterráneas varían en los distintos países. "Por lo que el peso de los distintos alimentos podría variar entre un país y otro. Así, en Italia puede ser más importante el tomate y la polenta y en Chile, la palta", ejemplifica.

El índice "hecho en casa"

A diferencia del índice griego, que incluye nueve alimentos, Chile cuenta con un índice propio, que evalúa el consumo de 14 componentes de la dieta mediterránea de nuestro país y que se aplica como predictor de factores de riesgo para la salud.

Así, este índice desarrollado por Programa Alimentario Mediterráneo en Chile distingue entre cereales integrales (positivos) y refinados (negativos), y lo mismo hace con carnes magras (aves y vacuno y cerdo bajo en grasa) vs. grasas y con lácteos descremados y fermentados (yogurt) vs. grasos (crema, mantequilla, leche entera). Además, incluye el azúcar como negativo y agrega la palta -rica en omega 9 y antioxidantes- como un alimento beneficioso propio de la dieta chilena, destaca el doctor Leighton, de PAM-Chile.

Al aplicar este índice a entre 500 y mil trabajadores, "vimos que los cereales integrales se asocian a menor presión sistólica y menor perímetro de cintura; a mayor consumo de pescados hay más colesterol bueno y menor presión sistólica. Y las paltas se asocian a menor perímetro de cintura", enumera. En contraste, los lácteos grasos se asocian a mayor colesterol total y malo, y los cereales refinados y las papas a mayor glicemia y triglicéridos y menor colesterol bueno.

Alcohol

La recomendación de consumo moderado de alcohol es de dos copas de vino al día para hombre y una para mujer.

/elmercurio.com

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