El destete
El “destete” representa una fase muy importante y delicada para el bebé que influirá en su desarrollo futuro. El “destete” consiste en el paso de una alimentación líquida, basada exclusivamente en la leche, a una alimentación líquida en la que se introducen alimentos sólidos.
Normalmente, el “destete” no se aconseja antes del quinto o sexto mes de vida, debiendo ser éste una transición gradual y, sobre todo, no forzada. Debes asegurarte de que tu hijo esté preparado para asimilar este cambio, de no ser así, posponlo.
Un “destete” prematuro puede ocasionar al bebé sobrepeso por una excesiva ingesta de proteínas así como el desarrollo de intolerancias o alergias alimentarias.
A continuación, te presentamos varias sugerencias para que puedas confeccionar el menú ideal que acompañará a tu hijo en esta fase tan importante.
La fruta
El inicio del destete es un momento delicado tanto para el niño como para la madre: es el primer paso hacia la autonomía, pero no debemos cargarlo de expectativas. De hecho, hay que tener siempre presente que el destete se debe ofrecer, no imponer.
Después de haber comprobado que nuestro bebé está realmente listo y ansioso por empezar, le ofrecemos su primera pieza de fruta: una manzana, una pera o un plátano. Éstos son generalmente los primeros alimentos distintos de la leche que los pediatras recomiendan introducir en su dieta, ya que son los que menos alergias producen.
Ten cuidado, estos alimentos no sustituyen a la leche y se deben administrar entre las comidas habituales, como una especie de merienda. Por supuesto, debes tener especial cuidado con la calidad de la fruta, elige preferentemente productos biológicos.
La preparación es sencilla: la fruta se pela, luego se lava, se centrifuga y, por último, se tritura. Dásela con una cuchara, comenzando con una pequeña cantidad y observa si le gusta.
También puedes darle algún trozo de fruta congelada. Si el bebé está echando los dientes, este método es perfecto para que fortalezca sus encías.
enfemenino
El “destete” representa una fase muy importante y delicada para el bebé que influirá en su desarrollo futuro. El “destete” consiste en el paso de una alimentación líquida, basada exclusivamente en la leche, a una alimentación líquida en la que se introducen alimentos sólidos.
Normalmente, el “destete” no se aconseja antes del quinto o sexto mes de vida, debiendo ser éste una transición gradual y, sobre todo, no forzada. Debes asegurarte de que tu hijo esté preparado para asimilar este cambio, de no ser así, posponlo.
Un “destete” prematuro puede ocasionar al bebé sobrepeso por una excesiva ingesta de proteínas así como el desarrollo de intolerancias o alergias alimentarias.
A continuación, te presentamos varias sugerencias para que puedas confeccionar el menú ideal que acompañará a tu hijo en esta fase tan importante.
La fruta
El inicio del destete es un momento delicado tanto para el niño como para la madre: es el primer paso hacia la autonomía, pero no debemos cargarlo de expectativas. De hecho, hay que tener siempre presente que el destete se debe ofrecer, no imponer.
Después de haber comprobado que nuestro bebé está realmente listo y ansioso por empezar, le ofrecemos su primera pieza de fruta: una manzana, una pera o un plátano. Éstos son generalmente los primeros alimentos distintos de la leche que los pediatras recomiendan introducir en su dieta, ya que son los que menos alergias producen.
Ten cuidado, estos alimentos no sustituyen a la leche y se deben administrar entre las comidas habituales, como una especie de merienda. Por supuesto, debes tener especial cuidado con la calidad de la fruta, elige preferentemente productos biológicos.
La preparación es sencilla: la fruta se pela, luego se lava, se centrifuga y, por último, se tritura. Dásela con una cuchara, comenzando con una pequeña cantidad y observa si le gusta.
También puedes darle algún trozo de fruta congelada. Si el bebé está echando los dientes, este método es perfecto para que fortalezca sus encías.
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