13 jul 2012

Dejar de fumar: Gana en salud y compensa el aumento de peso


Dejar de fumar: Gana en salud y compensa el aumento de peso. Es una de las preocupaciones de la mayoría de los fumadores, incluso uno de los argumentos para no dejar el hábito de fumar. Sí, es cierto, se engorda, una media de cinco kilos en un año según los médicos y especialistas, pero ¿es más importante la salud o mantener la línea? La respuesta está clara, pero si por alguien tiene dudas, el tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo. Y no todo el mundo engorda, porque según los expertos hasta un 20% de los ex fumadores perdió peso al dejar el tabaco.

¿Dejar de fumar engorda? Sí, pero también resta salud y nos hace más vulnerables a padecer trastornos que, en algunos casos, pueden ser severos, como la EPOC o el cáncer de pulmón. El tabaco es perjudicial para la salud, algo que nadie pone en duda, pero curiosamente a la hora de dejarlo los beneficios que le reportaría de manera casi inmediata a nuestro organismo quedan relegados en muchos casos por otra preocupación, si ganaremos o no peso al apagar el último cigarrillo. Sí, se engorda, y en el caso de las mujeres el aumento suele ser ligeramente mayor. La media, según los últimos estudios, es que se gana en torno a los cinco kilos (4,7), especialmente durante los primeros meses. Pero no todos los ex fumadores ganan peso ni lo hacen en la misma medida. De hecho, los especialistas apuntan, en estudios como el recogido por la revista British Medical Journal y que analiza más de 60 investigaciones anteriores sobre la relación entre el tabaco y el aumento de peso, que en un 20% de los casos no se engorda, sino que se adelgaza.

¿Es más importante la salud o mantener la figura? Sin duda, lo primero, porque nuestro peso podemos recuperarlo revisando nuestra dieta, pero la salud puede quedar severamente dañada. No en vano, el tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en el mundo.

¿Por qué engordamos al dejar de fumar?

La explicación es sencilla. En primer lugar, la nicotina actúa como un bloqueante del apetito, es decir, tendemos a comer menos si fumamos. En segundo lugar, en muchos casos, la ansiedad que puede conllevar dejar de fumar suele ser aplacada con comida, picando entre horas y con tendencia a dejarnos llevar por productos y alimentos irresistibles pero menos aconsejables en una dieta sana, variada y equilibrada.

Además, tampoco hay que olvidar, como apuntan los expertos, que a medida que nos hacemos mayores tendemos a ganar peso, en torno a unos 300 gramos al año, por lo que no siempre dejar el tabaco es el desencadenante de la ganancia de peso.

El aumento de peso al dejar de fumar se puede prevenir. Un aumento de peso, por otra parte, que nada tiene que ver con los problemas de sobrepeso u obesidad y que, por lo tanto, no debe ser un argumento para no dejar de fumar, la mejor decisión que podemos adoptar por nuestra salud.

/ellahoy

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