10 oct 2011

Enfermedades que no necesitan tratamiento

Es muy frecuente pensar que los medicamentos son la clave para curar cualquier enfermedad. Pero muchas de ellas, especialmente entre los niños, no necesitan tratamiento. En la mayoría de los casos no son necesarios los antibióticos y otros fármacos no curan, solo alivian las molestias. El pediatra Carlos González hace un repaso de estas enfermedades que no necesitan tratamiento.

El niño puede vencer con sus defensas las enfermedades más comunes. No se han descubierto medicamentos contra éstas, pero afortunadamente, la mayoría de los trastornos causados por virus que afectan a los niños suelen curarse solos en unos pocos días. También hay muchas infecciones bacterianas que no necesitan tratamiento antibiótico. Al fin y al cabo, antes de la invención de estos fármacos, los niños también tenían otitis y anginas, y la mayoría se curaban. Incluso una enfermedad tan importante como la neumonía solía curarse (aunque lentamente, y no siempre) en personas jóvenes y fuertes.
 
Gripe

La gripe es una enfermedad más grave que el resfriado. Cursa con fiebre alta, tos seca y malestar general (el llamado trancazo: dolor de cabeza, de espalda, de brazos y piernas...). No suele haber mocos en la nariz. Es producida por un virus, del que existen muchas variedades que cambian de un año a otro.

Existe una vacuna, pero cada año es distinta y ya no sirve la del año anterior; es conveniente vacunar a los ancianos y a algunos enfermos crónicos (niños y adultos con asma, cardiopatías, diabetes, insuficiencia renal, etc.).

    La vacuna de la gripe no previene el resfriado, son enfermedades distintas.
    Una vez más, los antibióticos son inútiles (salvo que haya surgido una complicación bacteriana, como la neumonía).
    El tratamiento solo sirve para aliviar los síntomas: los antitérmicos bajan la fiebre y calman el dolor, pero no acortan la enfermedad. Son las defensas del niño las que superan el proceso.

Resfriado común

    Los síntomas del resfriado común son mocos, tos y a veces fiebre. Los mocos suelen ser al principio como agüilla, luego blancos, amarillos, verdes y espesos, verdes y secos... y el niño ya está curado y listo para resfriarse otra vez.
    No lo produce el frío, sino un virus. Hay cientos de virus distintos que pueden producir el resfriado por lo que no es posible hacer una vacuna. Si son más frecuentes en invierno no es por el tiempo, sino sobre todo porque los niños van a clase y se pueden contagiar fácilmente.
    Los antibióticos no sirven de nada en el resfriado. El abuso de antibióticos, aparte de efectos secundarios y gastos inútiles, produce resistencias en los microbios: el día que de verdad son necesarios, a veces ya no hacen efecto.
    Sí es posible el tratamiento sintomático. Si hay fiebre le daremos un antitérmico. Si la tos es muy intensa y no deja dormir al niño, un antitusivo. Pero si es soportable, le conviene toser para expulsar la mucosidad.
    Los descongestivos o vasoconstrictores nasales no se recomiendan en niños menores de doce años y su eficacia en adultos es escasa.
    Los "expectorantes" (para aumentar la tos y los mocos), los "mucolíticos" (para hacer el moco más líquido), los antihistamínicos (que se usan para la alergia) y los "balsámicos" no tienen ningún efecto digno de mención.
    Lo mismo puede decirse de la vitamina C y de los productos "naturales" y alternativos. Si el niño pasa una temporada mejor no fue por el último medicamento que tomó, sino por pura casualidad.
    Los lavados nasales no curan el resfriado. En algunos casos, unas gotas de suero fisiológico ayudan a disolver y expulsar los mocos, y permiten que el niño respire mejor. Pero si respira más o menos igual, y si encima llora desesperado cuando le echan las gotas, es preferible no aplicarlos.
    Vahos, vapores y humidificadores tampoco curan el resfriado. El ambiente muy seco puede resultar incómodo; pero en muchos hogares ya hay demasiada humedad, lo que favorece el crecimiento de hongos y ácaros. En muchas casas sería mejor comprar un deshumidificador, para secar el ambiente.

Otitis

    La otitis media aguda puede ser causada por virus o bacterias, y durante décadas se ha tratado con antibióticos.
    Los médicos suelen diagnosticar otitis muy a menudo: cuando un niño tiene fiebre y no se le ve nada más, es fácil convencerse de que el tímpano está un poco rojo.
    Varios estudios científicos sostienen que el tratamiento es prácticamente inútil: no acorta la enfermedad, no disminuye el dolor y tampoco mejora la capacidad auditiva.
    El tratamiento está justificado en menores de dos años con fiebre alta, niños con mal estado general, con otitis bilateral o con enfermedad prolongada.

Faringitis ( amigdalitis, anginas)


    Faringitis significa inflamación de la garganta. El síntoma clave es el dolor que aumenta al tragar.
    En muchos casos es causada por un virus, y los antibióticos son completamente inútiles. En otros casos es causada por una bacteria, el estreptococo, y entonces se acostumbra a administrar penicilina para evitar una complicación rara, pero grave: la fiebre reumática.

El estreptococo suele dar fiebre (más de 38,5 ºC), pero no hay tos ni mocos. En cambio, el dolor de garganta que se acompaña de tos y mocos, sin fiebre o con solo unas décimas, es casi con seguridad producido por un virus. La penicilina no se da para curar las anginas, sino para prevenir la fiebre reumática. Las anginas no se curan antes por tomar antibiótico.
Diarrea

    La diarrea infecciosa se cura sola en unos pocos días, siempre y cuando el enfermo se mantenga bien hidratado y bien nutrido durante ese tiempo.
    Los dos pilares del tratamiento serán dos:
        Rehidratación con la bebida adecuada (se vende en farmacias).
        Dieta normal.
    La famosa dieta astringente no cura la diarrea, y en algunas de sus versiones (arroz hervido y más arroz hervido) es tan poco nutritiva que de hecho la empeora.
    Para algunos gérmenes concretos es conveniente un tratamiento antibiótico, pero habitualmente hay que hacer primero un coprocultivo (cultivo de heces).
    Los antidiarreicos suelen ser derivados opiáceos, como la loperamida, que paralizan el intestino e impiden que la diarrea salga al exterior. Pueden resultar muy peligrosos en niños pequeños y jamás hay que usarlos sin prescripción médica.
    Los fármacos a base de microbios para repoblar la flora intestinal son muy poco eficaces. En unos días se curará sin necesidad de tomarlos.

Conjuntivitis

    La mayor parte de las veces la conjuntivitis se cura sola, pero en casos graves o prolongados puede ser útil un colirio antibiótico.
    Las legañas se pueden retirar con un poco de agua o un paño húmedo.
    No conviene lavar los ojos con manzanilla, porque a veces quedan en el agua pelillos vegetales que pueden resultar irritantes.

Autor: Carlos González, pediatra.
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