Frutos jugosos, dulces y aromáticos que inundan con su perfume. Su belleza es un sinónimo de tentación y provocan a la imaginación
Existen dos variedades de fresas: las fresas silvestres, que son de tamaño diminuto, pero son tan escasas que se han vuelto una rareza gastronómica; y el fresón, que es de mayor tamaño que la fresa silvestre, tiene un aroma característico, mucho sabor y es una de las frutas más deliciosas del huerto. Podemos disfrutar de las fresas durante una larga temporada, desde comienzos de la primavera hasta entrado el verano.
Debido a que la fresa es una fruta que contiene poca azúcar y más fibra que otras, una taza de fresas equivale tan sólo a 80 calorías. Prepárate en el desayuno un licuado de fresas con leche descremada y endúlzalo con un sustituto de azúcar. Igualmente puedes disfrutarlas como merienda, acompañándolas con queso cottage o yogurt natural descremado. También son deliciosas en tu cereal con leche, o sobre un pan integral tostado, en lugar de mermelada.
DELÉITATE
¿Cómo elegirlas? Cómpralas en su punto justo de madurez; su color debe ser rojo y su pulpa firme y perfumada. Si tienen manchas amarillas verdosas es que aún no están maduras, y si su color es rojo pero su pulpa es blanda, significa que se han pasado y están demasiado maduras.
¿Cómo limpiarlas? Debes enjuagarlas enteras debajo del chorro de agua fría y quitarles el tallo. Desinféctalas con gotas purificadoras o congélalas por una semana, pues generalmente se riegan con aguas contaminadas. Ya limpias, córtalas o déjalas enteras, según requiera tu receta.
¿Cómo prepararlas? A esta deliciosa fruta le puedes sacar mucho partido, con ella puedes preparar desde el más suculento de los postres, ensaladas, exquisitas salsas para acompañar carnes o verduras, hasta recetas dulces y saladas.
SÚPER SALUDABLES
Las fresas son un alimento esencial en una dieta saludable, porque hay estudios recientes que demuestran que el consumo diario de un promedio de 8 fresas le da al cuerpo los nutrientes que necesita:
Ácido fólico: Las fresas ayudan a disminuir riesgos de enfermedades, mejorar la salud del corazón, disminuir la presión arterial y mantener un buen nivel de colesterol y triglicéridos.
Ácido salicílico: Las fresas contienen ácido salicílico, el cual las hace muy recomendables para los reumáticos, pues su consumo disminuye la proteína que lastima e inflama las arterias.
Vitaminas y minerales: Las fresas contienen cantidades importantes de vitaminas B1, B2 y C, además de minerales como potasio, hierro, calcio y magnesio.
Antioxidantes: Las fresas ayudan a prevenir el cáncer gracias al gran poder antioxidante de sus componentes.
Fibra: Sus ácidos orgánicos facilitan la digestión y sus diminutas semillas son ligeramente laxantes.
INCLUYE FRESAS EN TU ALIMENTACIÓN
Las fresas de California son las mejores porque esa costa es el lugar ideal para que crezcan en las condiciones climáticas perfectas, y porque tienen la cantidad adecuada de vitamina C, necesaria para no enfermarte con el frío. Con sólo 100 gramos de fresas al día, cubres la cantidad de vitamina C recomendada diariamente (60 miligramos).
Otra de sus cualidades está en su poder como antioxidante, que protege al cuerpo fortaleciendo su sistema inmunológico. Su alto contenido en agua es una importante ayuda en una dieta de adelgazamiento, pues por cada 100 gramos sólo aporta 37 calorías al organismo y al ser diurética ayuda a personas con cálculos renales, hipertensión o ácido úrico.
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