5 dic 2009

Cómo Mezclar los Zumos


La excepción al ‘todo vale’ son los zumos de verduras. Estos zumos ‘verdes’ se deben mezclar con los más suaves y gustosos, como el de zanahoria o manzana -de lo contrario es probable que se sufra algún malestar gástrico-. Salvo esta excepción, los zumos de frutas y hortalizas no se mezclan.

Masticar el Zumo


Cuando se beba un zumo de verduras debe masticarse. Esto significa pasarlo de un lado a otro de la boca hasta notarlo más tibio y más dulce. Este movimiento y el propio alimento activan las enzimas digestivas de la saliva.

Consejos en torno a la Zumodieta

La zumodieta de piña, papaya y tamarindo aporta vitaminas, minerales, aminoácidos e hidratos de carbono. También fibra, grasa y proteínas en dosis ínfimas. Resulta muy eficaz para adelgazar, pero su problema es la falta de proteínas, por lo que se recomienda no prolongarla más allá de lo recomendado (entre 3 y 7 días).

Su drástica estrategia obliga al organismo a buscar la energía en los tejidos grasos, que además de acumular depósitos tóxicos son depositarios de una reserva hormonal. Por esa razón se recomienda mantener los tejidos en un buen estado de hidratación mediante la ingestión diaria de unos dos litros de agua, a ser posible mineral. La deshidratación puede acarrear cansancio y cefaleas. También se aconseja ingerir suplementos ricos en vitaminas B y C.

Preparar un zumo de Zanahorias

El zumo de zanahorias se toma crudo en cantidades que varían entre 50 y 400 gramos al día. Lo primero es limpiar las zanahorias de polvo e impurezas metiéndolas en agua. A continuación se raspa su superficie con un cuchillo sin pelar la piel. En ella es donde existe una mayor concentración de carotenos o vitamina A.

Pasando un kilo de zanahorias por la licuadora se saca alrededor de un cuarto de kilo de zumo. Este se puede diluir en agua y añadirle miel y limón.

Zumo de limón para los huesos

La cáscara de los huevos de color blanco es un verdadero almacén de minerales como el calcio, bicarbonatos y otras sustancias que pueden colaborar de forma decisiva a fortalecer los huesos. Además de la elevada cantidad de ellos que nos aportan, destaca su elevada calidad.

Para obtener estos minerales le proponemos un sencillo remedio que puede practicar tres veces por semana y una semana de cada mes. Lo primero que hay que hacer es limpiar bien la cáscara de un huevo blanco. Una vez limpio se introduce en un vaso y acto seguido se debe llenar el vaso con zumo de limón, utilizando una cáscara del limón para colocarla encima del huevo y sumergirlo dentro del zumo. Esta mezcla debe reposar durante toda la noche y a la mañana siguiente se saca el huevo con una cuchara, colamos el líquido y se ingiere durante el desayuno, lentamente.

alimentacion-sana.com.ar

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