Reducir las horas frente a la pequeña pantalla, aumentar la actividad e ingerir 100 calorías menos al día evitaría la obesidad
Ni dietas draconianas ni ejercicio extenuante: reducir el tiempo frente a la 'tele' a la mitad podría ser la solución a la epidemia de obesidad que nos acecha, según un artículo publicado en 'Archives of Internal Medicine'.
Científicos estadounidenses llevaron a cabo un estudio con 36 adultos con sobrepeso u obesidad y declaraban ver la televisión una media de tres horas al día. Veinte de ellos conformaron el grupo de intervención, colocándose en sus televisores un dispositivo que reduciría el tiempo de consumo semanal de televisión a la mitad. Las 16 personas restantes no tenían limitada la exposición a la pequeña pantalla.
Durante los 21 días que duró esta etapa los individuos de ambos equipos portaron un brazalete para medir su actividad física y consumo de calorías, al tiempo que realizaban un informe acerca de los alimentos que ingerían.
El saldo energético (la diferencia entre calorías ingeridas y gastadas) fue negativo en el caso de quienes sólo podían ver la mitad de televisión, ya que recibieron diariamente 244 calorías menos de las que quemaron, lo que concluyó en una pérdida de peso de unos 600 gramos pasadas las tres semanas. En cambio, fue positivo en los individuos que pudieron ver la tele por tiempo ilimitado, ya que ingirieron 57 calorías más al día de las gastadas.
«Se ha estimado que combinar un incremento del gasto de energía con una disminución en la ingesta de tan sólo 100 calorías al día podría prevenir la ganancia de peso gradual observada en la mayoría de la población», explican los autores.
Ni dietas draconianas ni ejercicio extenuante: reducir el tiempo frente a la 'tele' a la mitad podría ser la solución a la epidemia de obesidad que nos acecha, según un artículo publicado en 'Archives of Internal Medicine'.
Científicos estadounidenses llevaron a cabo un estudio con 36 adultos con sobrepeso u obesidad y declaraban ver la televisión una media de tres horas al día. Veinte de ellos conformaron el grupo de intervención, colocándose en sus televisores un dispositivo que reduciría el tiempo de consumo semanal de televisión a la mitad. Las 16 personas restantes no tenían limitada la exposición a la pequeña pantalla.
Durante los 21 días que duró esta etapa los individuos de ambos equipos portaron un brazalete para medir su actividad física y consumo de calorías, al tiempo que realizaban un informe acerca de los alimentos que ingerían.
El saldo energético (la diferencia entre calorías ingeridas y gastadas) fue negativo en el caso de quienes sólo podían ver la mitad de televisión, ya que recibieron diariamente 244 calorías menos de las que quemaron, lo que concluyó en una pérdida de peso de unos 600 gramos pasadas las tres semanas. En cambio, fue positivo en los individuos que pudieron ver la tele por tiempo ilimitado, ya que ingirieron 57 calorías más al día de las gastadas.
«Se ha estimado que combinar un incremento del gasto de energía con una disminución en la ingesta de tan sólo 100 calorías al día podría prevenir la ganancia de peso gradual observada en la mayoría de la población», explican los autores.
NURIA BAENA
elmundo.es
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