Vino: los beneficios de incluirlo en la dieta. El consumo moderado del vino, es decir, tomar una copa en la comida o en la cena, tiene efectos beneficiosos para nuestra salud, ya que además de sus propiedades antiinflamatorias, los componentes del vino (etanol y polifenoles) pueden ayudar a reducir los riesgos de sufrir algunos trastornos de salud relacionados con el sistema circulatorio y con el sistema cardiovascular. Descubre por qué el vino se ha ganado un puesto en las dietas sanas y equilibradas.
El vino, en nuestro país, forma parte de la cultura y de la dieta mediterránea. Tomar una copa de vino acompañando a las comidas o cenas siempre se ha mantenido que era bueno para la salud, y así lo constatan los estudios llevados a cabo, al que hay que sumar el recientemente publicado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición y que determina los efectos saludables de su inclusión en nuestra dieta.
Una cosa es abusar del alcohol, y otra tomar vino con moderación, ya que su consumo excesivo sí está detrás de otros problemas de salud, como el de la obesidad abdominal, entre otros. Pero también tiene muchos efectos beneficiosos si hacemos un uso responsable y aprovechamos sus propiedades, múltiples y beneficiosas para nuestro organismo. Así, además de las propiedades antiinflamatorias, los investigadores también han determinado que los componentes del vino (etanol y polifenoles) influyen directamente sobre las moléculas antiinflamatorias y reduce los riesgos de trastornos cardiovasculares y del sistema circulatorio.
Entre las enfermedades cardiovasculares que la combinación de los componentes del vino podría ayudar a prevenir estaría la ateroesclerosis, provocada por la acumulación de grasa en paredes de las arterias, y sobre la cual ejercería un efecto beneficioso en sus estadios iniciales.
En el estudio realizado han participado más de 70 pacientes, de edades entre los 55 y los 75 años. Una parte tomó entre una y tres copas de vino al día, mientras que otros no tomaron ni una gota. Todos los pacientes presentaban riesgo cardiovascular, y además incluían en su perfil otros riesgos añadidos, como el padecer diabetes, hipertensión arterial, colesterol o consumo de tabaco. Los resultados han confirmado la hipótesis de la que partían los investigadores, y es que la respuesta a por qué el vino es beneficioso para la salud y reduce los riesgos de sufrir algunos trastornos está en la combinación de sus componentes, y no solo en los polifenoles, sustancia química presente en las plantas. Y un último apunte, el vino tiene que ser tinto.
El estudio, publicado en la revista American Journal of Clinicial Nutrition, es el primer ensayo clínico que constata los beneficios del consumo moderado del vino tanto por el etanol como por los polifenoles.
/ellahoy
El vino, en nuestro país, forma parte de la cultura y de la dieta mediterránea. Tomar una copa de vino acompañando a las comidas o cenas siempre se ha mantenido que era bueno para la salud, y así lo constatan los estudios llevados a cabo, al que hay que sumar el recientemente publicado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición y que determina los efectos saludables de su inclusión en nuestra dieta.
Una cosa es abusar del alcohol, y otra tomar vino con moderación, ya que su consumo excesivo sí está detrás de otros problemas de salud, como el de la obesidad abdominal, entre otros. Pero también tiene muchos efectos beneficiosos si hacemos un uso responsable y aprovechamos sus propiedades, múltiples y beneficiosas para nuestro organismo. Así, además de las propiedades antiinflamatorias, los investigadores también han determinado que los componentes del vino (etanol y polifenoles) influyen directamente sobre las moléculas antiinflamatorias y reduce los riesgos de trastornos cardiovasculares y del sistema circulatorio.
Entre las enfermedades cardiovasculares que la combinación de los componentes del vino podría ayudar a prevenir estaría la ateroesclerosis, provocada por la acumulación de grasa en paredes de las arterias, y sobre la cual ejercería un efecto beneficioso en sus estadios iniciales.
En el estudio realizado han participado más de 70 pacientes, de edades entre los 55 y los 75 años. Una parte tomó entre una y tres copas de vino al día, mientras que otros no tomaron ni una gota. Todos los pacientes presentaban riesgo cardiovascular, y además incluían en su perfil otros riesgos añadidos, como el padecer diabetes, hipertensión arterial, colesterol o consumo de tabaco. Los resultados han confirmado la hipótesis de la que partían los investigadores, y es que la respuesta a por qué el vino es beneficioso para la salud y reduce los riesgos de sufrir algunos trastornos está en la combinación de sus componentes, y no solo en los polifenoles, sustancia química presente en las plantas. Y un último apunte, el vino tiene que ser tinto.
El estudio, publicado en la revista American Journal of Clinicial Nutrition, es el primer ensayo clínico que constata los beneficios del consumo moderado del vino tanto por el etanol como por los polifenoles.
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